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viernes, 11 de abril de 2008

QUMIOTERAPIA...DE CURAR NO CURA NADA!

El Dr. Ulrich Abel, experto en Bioestadística Oncológica en Heidelberg, publicó en 1990 una de las obras más críticas con la teoría oficial: Quimioterapia para cánceres epiteliales avanzados. Al decir "epitelial", el doctor Abel se refiere en su obra a las formas más frecuentes de adenocarcinoma -pulmón, mama, próstata, colon, etc-, "tipos" de cáncer que provocan el 80% de las muertes por esta enfermedad en los países industriales avanzados.
Pues bien, al hacer una revisión de su obra cinco años después -que, curiosamente, nunca fue traducida al inglés- pudo constatar que las conclusiones seguían siendo válidas. Es más, todavía hoy, consultado por esta revista, considera sus resultados vigentes aun cuando reconoce no haber continuado con sus seguimientos estadísticos en este campo.
Bueno, pues la obra del Dr. Abel, sin que afirme la falta de eficacia de la Quimioterapia en todos los casos, avala con sus estudios estadísticos las dudas de muchos médicos sobre la eficacia de la Quimioterapia, especialmente en las fases avanzadas. Porque, en sus propias palabras, "un análisis sobrio y sin prejuicios de la literatura (científica) raramente ha revelado que los regímenes (de medicamentos) en cuestión tengan algún beneficio terapéutico en el tratamiento de cánceres epiteliales avanzados".
Después de diez años trabajando en el área de Estadística en Oncología Clínica, la inquietud del Dr. Abel acabó transformándose en certeza: "No hay evidencia, para la gran mayoría de los casos de cáncer, de que el tratamiento con estos fármacos produzca resultados positivos en los pacientes con enfermedad avanzada, ya sea en expectativas de vida o en calidad de vida". Y agrega: "La casi dogmática creencia en la eficacia de la Quimioterapia se basa con frecuencia en conclusiones falsas extraídas de datos inapropiados".
En resumen, el minucioso trabajo del Dr. Abel hasta 1995 -como quién dice, anteayer- pone en evidencia que la Oncología ha sido incapaz de proporcionar bases científicas sólidas para justificar el uso de la terapia citotóxica tal como se ha venido haciendo. A pesar de lo cual la tesis de que la Quimioterapia es eficaz está considerado un dogma de la medicina moderna desde hace décadas. Los resultados, empero, no justifican esa apuesta unilateral mientras otras líneas de investigación han sido abandonadas, descartadas o relegadas al esfuerzo individual.
La realidad es que la tasa de mortalidad en los cánceres más comunes -cáncer de colon, mama, próstata, páncreas, y ovarios- ha evolucionado muy poco en los últimos cincuenta años. Contra los tumores malignos de pulmón tampoco se ha avanzado mucho. En algunos casos, la diferencia entre aplicar Quimioterapia y no hacerlo apenas es significativa.
Un estudio inglés efectuado en 1992 concluyó que en el caso del cáncer de mama de diagnóstico temprano ni siquiera se había hallado una modesta ventaja en cuanto a extensión de vida. Se evaluaron 31 estudios en los que participaron 11.000 mujeres y se encontró que hubo aumento de residiva o retorno a la enfermedad en pacientes que no aceptaron la "poliquimioterapia" (más de un fármaco oncológico durante más de un mes).
La probabilidad de que las mujeres estuvieran vivas diez años después, sin embargo, eran menores (aprox. 45%)con los medicamentos que sin ellos(54%). Es decir, sólo un 6,3% de diferencia en retornar  al cáncer.
Bueno, pues a pesar de tan discutible diferencia las autoridades médicas "recomiendan" quimioterapia a todas las pacientes con cáncer de mama, tengan o no signos visibles de cáncer después de la cirugía. La teoría oficial mantiene que, haciendo una proyección estadística con miles de mujeres, se deduce que muchas se pueden salvar.
La verdad, sin embargo, es que las estadísticas lo que demuestran es que el 93,7% no sólo no se beneficiará de la Quimioterapia sino que sus organismos serán devastados por los efectos secundarios de los fármacos oncológicos. ¿Y mejorará con ello al menos su calidad de vida? Indudablemente, no: empeorará. Porque ya hemos dicho que prácticamente todos los agentes quimioterapéuticos son tóxicos e inmunosupresores.Por Antonio Muro
Fuente:
www.dsalud.com/cancer.htm

EL DRAMA HUMANO DE LA QUIMIOTERAPIAEn suma, la Quimioterapia no sólo no garantiza en la mayor parte de los casos una mayor supervivencia sino que encima provoca una calidad de vida mucho peor. Uno de los principales efectos que modifican determinantemente la vida de los pacientes es la anemia, asociada a fatiga y cansancio. Y es que entre las células sanas que destruye la Quimioterapia se encuentran los glóbulos rojos, encargados de transportar el oxígeno a través de todo el cuerpo para mantener la energía.
Su pérdida puede además sobrecargar el corazón haciendo que se esfuerce por aportar oxígeno donde se necesita, impedir pensar con claridad, convertir la lectura y la escritura en una tarea hercúlea, suprimir el estímulo sexual y convertir cualquier actividad cotidiana en un esfuerzo agotador.
Después están las infecciones. El paciente tendrá que luchar contra todo tipo de infecciones oportunistas porque los fármacos destruyen los leucocitos preparados para la defensa del organismo. De hecho, si se contrae cualquier infección durante el tratamiento con Quimioterapia lo normal es que el enfermo sea hospitalizado, algo que indudablemente lo debilita aún más psicológicamente porque tiene que alterar su vida y dejar sus actividades cotidianas -incluido el trabajo-, le impide cuidar de los hijos, debe permanecer alejado de la familia y los amigos.... Sin olvidar que por estar hospitalizado estará más expuesto a contraer otras infecciones. A fin de cuentas, hoy día los hospitales son auténticos focos de infección.
Además de los citados efectos a corto plazo -entre otros- la Quimioterapia puede provocar a largo plazo algunos más graves. Por ejemplo, lesiones de corazón que pueden manifestarse semanas, meses o años después del tratamiento. Un trabajo publicado el año pasado apuntalaba esta hipótesis, mantenida desde hace tiempo por algunos investigadores. Nature Medicine descubría que el mismo mecanismo que sirve para luchar contra los tumores en una de las sustancias (Herceptin) utilizadas en el cáncer de mama es responsable a su vez de causar daños en el corazón al hacer más vulnerables las células cardíacas a la toxicidad de los quimioterapéuticos que se administran a continuación.
La Quimioterapia puede también provocar pérdida de la fertilidad y, sobre todo, un mayor riesgo de reaparición del cáncer. Está demostrado que la mayoría de las productos quimoterapéuticos pueden llegar a producir cánceres secundarios, especialmente en el tracto gastrointestinal, los ovarios y los pulmones. Éstos se encuentran entre los cánceres más difíciles de tratar y pueden aparecer cinco, diez o quince años después de un primer tratamiento "exitoso" con Quimioterapia.El New England Journal of Medicine publicaba el 21 de septiembre de 1989 lo siguiente: "Se sabe que los cánceres secundarios son complicaciones causadas por la quimioterapia y la irradiación empleada para tratar linfomas y linfomas de Hodgkin además de otros cánceres primarios". Y un año después -el 5 de enero de 1990- Associated Press difundía la siguiente noticia: "Las fármacos que se usaban hace tiempo para tratar el cáncer ovárico pueden haber resultado tan nocivas como beneficiosas al incrementar enormemente el riesgo de padecer leucemia... Entre las mujeres tratadas desde 1960 hasta 1985 el riesgo de leucemia era 12 veces superior en aquellas pacientes que recibieron Quimioterapia que en aquéllas que sólo fueron sometidas a cirugía".Cabe añadir que según el Dr. John Cairns, microbiólogo de Harvard, "entre el 5 y el 10% de los pacientes que sobreviven a la Quimioterapia mueren luego de leucemia en los diez años posteriores al tratamiento". Y que cuando -como muchos oncólogos proponen- "la Quimioterapia y la radiación se aplican conjuntamente los tumores secundarios se dan en una proporción aproximadamente 25 veces mayor de lo esperable".
Esta determinación tan contundente fue realizada por el Dr. John Laszlo siendo vicepresidente superior de investigación de la Sociedad Americana contra el Cáncer."Las nuevas combinaciones quimioterapéuticas no están aportando ni más supervivencia ni más calidad de vida que otros protocolos más antiguos en los cánceres más significativos pero están elevando la factura de forma con$iderable", denunciaba hace poco el Journal of National Cancer en un trabajo en el que se comparaba la eficacia y el coste de la combinación cisplatino-vinorelbina con la de
paclitaxel -el conocido Taxol- y carboplatino.
Este último protocolo, comparado con el primero
, eleva el ga$to total del tratamiento en 9.000 Euros, una diferencia sustancial sin que por ello mejoren los resultados finales.Lo de siempre: no hay mejores resultados pero sí más gastos en medicamentos y más ingresos para la industria. Con la complicidad de los ministerios de Sanidad.

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