EL MITO DE LAS MAMOGRAFIAS...II
por: FIONA BAWDON Traducción: Viviana Diogo.
Las directrices distribuidas a los operadores británicos en 1992 recomiendan un límite de fuerza cuando se realiza una mamografía de 200 newtons por mama (el equivalente a 20 kilos!), y algunas de las máquinas modernas que se operan a pedal son capaces de aplicar un peso de 300 newtons(30 kg!). Dado el calibre de la fuerza empleada, no resulta sorprendente que más de un tercio de las mujeres experimentan dolor o molestias durante el proceso (D. Rutter et al, BMJ 1992; 305 443-5).
La opinión médica británica continúa restando importancia a la exploración física, de la que se desconocen efectos secundarios, en favor de la mamografía, que los tiene en abundancia. Esta actitud se agravó en 1992 cuando el oficial médico que acababa de dimitir, Sir Donald Acheson, en una serie de observaciones espontáneas hechas en una conferencia de prensa, condenó la auto-exploración como "una pérdida de tiempo". Las declaraciones de Acheson, que recibieron mucha publicidad, al parecer estaban basadas en sus propios prejuicios personales, y contradecían la evidencia de numerosos estudios y las orientaciones publicadas por su propio departamento. Los funcionarios sanitarios se apresuraron a reparar el daño hecho por sus observaciones hablando de la necesidad de una general "concienciación sobre el cáncer de mama", más que de la propia exploración (confundiendo aún más a todo el mundo). A otros les preocupaba menos el prestigio de Acheson y más salvar los pechos de las mujeres.
Los médicos tienden a ver las biopsias como algo rutinario y sin importancia. Para las mujeres implicadas, son la última opción, y sólo deberían realizárselas si es estrictamente necesario. En una biopsia estándar se inserta una aguja muy gruesa en la mama, bajo anestesia local, para extraer una pequeña porción de tejido, que luego será examinada para ver si contiene células cancerosas.
En un estudio de 104 mujeres a las que se les practicó una biopsia comprobándose eran bultos benignos, se encontró que una cuarta parte de ellas desarrollaban posteriormente "morbosidad relacionada con las heridas" -J. Dixon y T. John, The Lancet, 11 enero 1992.
Nueve pacientes reportaron que se había desarrollado un nuevo bulto mamario debajo de la cicatriz de la biopsia de uno a siete años después de la cirugía. Se investigaron los bultos en todos los casos y, una vez más, se encontró que eran benignos. Ocho pacientes sufrían dolores en la zona de la biopsia de uno a seis años después de haberse practicado. Los autores del informe concluyeron que se debería hacer un mayor uso de la aspiración con aguja fina. En este procedimiento, menos invasivo y se puede realizar de forma ambulatoria, se inserta una aguja fina con una jeringa en el pecho y se retira un espécimen de su contenido.
En ocasiones, se podría ofrecer una biopsia de excisión, en la que se extirpa el bulto completo bajo anestesia general. Esta operación es, obviamente, más radical y conlleva todos los riesgos de la anestesia, por lo que debe evitarse a no ser que sea absolutamente necesaria. Si se diese la circunstancia de que el médico le quisiese hacer una excinsión, pregúntele si cabe la posibilidad de utilizar otra técnica menos agresiva.
Sin embargo, algunos hospitales podrían regirse todavía por las viejas formas, y si el suyo es uno de ellos, tache los párrafos con los que no está de acuerdo y hágaselo saber a su cirujano. Aunque sea de los que está dispuesto a cercenar una mama sin miramientos, es poco probable que sea igual de sanguíneo a la hora de exponerse a un pleito sin fisuras por prácticas abusivas al ir en contra de sus expresos deseos.
No se deje mangonear ni amedrentar!.
Si su cirujano se niega a tratarle siguiendo sus condiciones, busque otro. Las operaciones de cáncer de mama casi nunca son operaciones urgentes, por lo que debería Vd. tener tiempo para considerar las opciones de tratamiento que tiene, si hay sospecha o diagnóstico de cáncer.
/Continúa...//
por: FIONA BAWDON Traducción: Viviana Diogo.
Las directrices distribuidas a los operadores británicos en 1992 recomiendan un límite de fuerza cuando se realiza una mamografía de 200 newtons por mama (el equivalente a 20 kilos!), y algunas de las máquinas modernas que se operan a pedal son capaces de aplicar un peso de 300 newtons(30 kg!). Dado el calibre de la fuerza empleada, no resulta sorprendente que más de un tercio de las mujeres experimentan dolor o molestias durante el proceso (D. Rutter et al, BMJ 1992; 305 443-5).
La opinión médica británica continúa restando importancia a la exploración física, de la que se desconocen efectos secundarios, en favor de la mamografía, que los tiene en abundancia. Esta actitud se agravó en 1992 cuando el oficial médico que acababa de dimitir, Sir Donald Acheson, en una serie de observaciones espontáneas hechas en una conferencia de prensa, condenó la auto-exploración como "una pérdida de tiempo". Las declaraciones de Acheson, que recibieron mucha publicidad, al parecer estaban basadas en sus propios prejuicios personales, y contradecían la evidencia de numerosos estudios y las orientaciones publicadas por su propio departamento. Los funcionarios sanitarios se apresuraron a reparar el daño hecho por sus observaciones hablando de la necesidad de una general "concienciación sobre el cáncer de mama", más que de la propia exploración (confundiendo aún más a todo el mundo). A otros les preocupaba menos el prestigio de Acheson y más salvar los pechos de las mujeres.
En un artículo aparecido en el Times poco después de los comentarios de Acheson (23 septiembre 1991), escrito por Roger Taylor, asesor clínico de oncología en el centro regional de radioterapia del Hospital de Cookridge, el autor afirma: "Algunos cánceres que pueden palparse en una exploración clínica no son detectados por la mamografía".
La doctora Joan Austoker, una asesora del Dr.Kenneth Calman, el sucesor de Acheson, dijo al Sunday Times (6 octubre 1991): "Lo que (Acheson) no dijo es que más del 90 por ciento de los tumores de mama son descubiertos por las propias mujeres".
Un estudio de siete años con 33.000 mujeres, llevado a cabo por la Pennine Breast Screening Assessment Clinic, en Huddersfield (Gran Bretaña), publicado una semana después de los comentarios de Acheson (y publicado en el Times el 20 de septiembre de 1991), mostró que la auto-exploración podría reducir las muertes por cáncer de mama hasta en una quinta parte.
A los bultos benignos (y nueve de cada diez lo son) es mejor dejarlos en paz. No obstante, si hay una buena razón para hacer un examen en mayor profundidad, es probable que se ofrezca la posibilidad de hacer algún tipo de biopsia.
Los médicos tienden a ver las biopsias como algo rutinario y sin importancia. Para las mujeres implicadas, son la última opción, y sólo deberían realizárselas si es estrictamente necesario. En una biopsia estándar se inserta una aguja muy gruesa en la mama, bajo anestesia local, para extraer una pequeña porción de tejido, que luego será examinada para ver si contiene células cancerosas.
En un estudio de 104 mujeres a las que se les practicó una biopsia comprobándose eran bultos benignos, se encontró que una cuarta parte de ellas desarrollaban posteriormente "morbosidad relacionada con las heridas" -J. Dixon y T. John, The Lancet, 11 enero 1992.
Nueve pacientes reportaron que se había desarrollado un nuevo bulto mamario debajo de la cicatriz de la biopsia de uno a siete años después de la cirugía. Se investigaron los bultos en todos los casos y, una vez más, se encontró que eran benignos. Ocho pacientes sufrían dolores en la zona de la biopsia de uno a seis años después de haberse practicado. Los autores del informe concluyeron que se debería hacer un mayor uso de la aspiración con aguja fina. En este procedimiento, menos invasivo y se puede realizar de forma ambulatoria, se inserta una aguja fina con una jeringa en el pecho y se retira un espécimen de su contenido.
No obstante, tampoco aquí se pueden evitar las complicaciones. El BMJ (12 octubre 1991) cita casos de pacientes que sufren neumotórax (cuando entra aire en el pecho, lo que provoca que el pulmón colapse) tras la aspiración de la aguja. Por lo tanto, hay que estar alerta a síntomas como dolor en el pecho y dificultad al respirar tras la aspiración con aguja e ir de inmediato al médico.*
En ocasiones, se podría ofrecer una biopsia de excisión, en la que se extirpa el bulto completo bajo anestesia general. Esta operación es, obviamente, más radical y conlleva todos los riesgos de la anestesia, por lo que debe evitarse a no ser que sea absolutamente necesaria. Si se diese la circunstancia de que el médico le quisiese hacer una excinsión, pregúntele si cabe la posibilidad de utilizar otra técnica menos agresiva.
Busque una segunda opinión si su explicación no le convence. Si está de acuerdo en que le realicen una biopsia de excinsión, lea detenidamente el documento de consentimiento a la operación antes de firmarlo. Asegúrese de que da su consentimiento sólo a la biopsia y no a otras medidas más drásticas. Ya en 1992, el Departamento de Salud del Reino Unido promulgó las directrices a seguir por los hospitales, en las que se les instaba a utilizar hojas de consentimiento más limitadas, que sólo dan permiso al cirujano para extraer el bulto (y no la mama entera si le parece oportuno).
Sin embargo, algunos hospitales podrían regirse todavía por las viejas formas, y si el suyo es uno de ellos, tache los párrafos con los que no está de acuerdo y hágaselo saber a su cirujano. Aunque sea de los que está dispuesto a cercenar una mama sin miramientos, es poco probable que sea igual de sanguíneo a la hora de exponerse a un pleito sin fisuras por prácticas abusivas al ir en contra de sus expresos deseos.
No se deje mangonear ni amedrentar!.
Si su cirujano se niega a tratarle siguiendo sus condiciones, busque otro. Las operaciones de cáncer de mama casi nunca son operaciones urgentes, por lo que debería Vd. tener tiempo para considerar las opciones de tratamiento que tiene, si hay sospecha o diagnóstico de cáncer.
/Continúa...//
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