EL MITO DE LA MAMOGRAFIA
por: FIONA BAWDON; Traducción: Viviana Diogo.
CANCER
Cómo, todos nuestros esfuerzos por hacer exámenes para el cáncer de mama a gran escala pueden causar la misma enfermedad que intentan detectar...!
Cada año se diagnostican unos 25.000 casos de cáncer de mama en Gran Bretaña, y 180.000 en los EE.UU. Trece mil mujeres británicas y cien mil norteamericanas morirán de esta enfermedad cada año. En 1990, el gobierno británico introdujo un programa nacional de exploraciones mamarias, en el cual se invitaba a las mujeres de edades comprendidas entre 50 y 64 años a realizarse una mamografía -una radiografía de rayos X de los pechos que, supuestamente, detecta anomalías cada tres años. Las mujeres mayores de 65 serán exploradas cuando ellas lo requieran. El programa de exploraciones tiene como objetivo detectar más cánceres y con mayor antelación de cara a mejorar la prognosis de la mujeres afectadas. Algunos médicos insisten en que las mujeres jóvenes también deberían tener el "derecho" de hacerse una exploración de forma rutinaria.
No obstante, cada vez existen más pruebas de que las mamografías (que, al igual que cualquier otra radiografía de rayos X, implica bombardear al paciente con radiación) pueden ser claramente perjudiciales e incluso provocar la enfermedad que intentan detectar. Un estudio canadiense, que todavía tiene que publicarse al completo, parece confirmar los descubrimientos de investigaciones previas (P Stomper y R.Gelman, Hematol Oncol Clin N Am 1989; 3: 611-40); sugiere claramente que una mujer tendrá más probabilidades de morir de cáncer si se hace mamografías que si no se las hace. El estudio canadiense, que utiliza el National Breast Cancer Screening Trial, está examinando el efecto de las mamografías en mujeres menores de 50 años. Los datos revelados hasta el momento indican que las mujeres cuyos cánceres fueron detectados a través de mamografías tienen una esperanza de vida inferior a las que sólo utilizaron la auto-exploración.
ESTE TIPO DE SOSPECHAS DISTAN DE SER NUEVAS.
Ya al principio de los años 80, el difunto Dr.Robert Mendelsohn, en "Male practice, how doctors manipulate women"("Malas prácticas médicas, como los Drs.manipulan a las mujeres")Contemporary Books, Chicago, 1982, escribió: "He estado avisando durante años de que la mamografía anual realizada a mujeres sin síntomas podría producir más cánceres de los que detecta". Mendelsohn citó al Dr. C. Bailar III, editor jefe del Journal of the National Cancer Institute, haciendo la misma observación en un informe de 1975. "Su conclusión fue respaldada por muchos estudios, que sugieren que las dosis acumuladas de rayos X con un exceso de 100 rads durante un período de 10 a 15 años pueden inducir cáncer de mama", afirmó Mendelsohn.
El Dr. Irwin Bross, del Roswell Park Memorial Institute en Buffalo, Nueva York, también advirtió en un subcomité del congreso en 1978 que un cuarto de millón de mujeres exploradas en el masivo programa de mamografías de la asociación NCI-ACS (National Cancer Institute - American Cancer Society) "en 15 ó 20 años serán víctimas de la peor epidemia yatrógena de cáncer de mama en la historia de la medicina"(Y se preguntan ¿porqué tanto cáncer...?).
La estructura genética de algunas mujeres les hacen particularmente susceptibles de desarrollar cáncer tras estar expuestas a radiaciones "tremendamente bajas", provenientes bien de mamografías o de rayos X, según el Dr. Michael Swift, jefe de genética médica de la Universidad de Carolina del Norte (New England Journal of Medicine, 27 diciembre 1991). Afirma que cerca de un 1 por ciento de mujeres podrían portar el gen ataxia-telangiectasia (A-T), lo que hace que tengan cinco o seis veces más posibilidades de desarrollar cáncer de mama y de ser inusualmente sensibles a la radiación ionizante de los rayos X.
El Dr. Swift estudió a 1.599 familiares cercanos de gente con esta rara enfermedad asociada al gen. Estima que en los EE.UU., de entre 5.000 a 10.000 de los 180.000 casos de cáncer de mama diagnosticados cada año se podrían prevenir si las portadoras del gen A-T fuesen protegidas de la exposición a la radiación(rayosX, mamografías, incluye tambien antenas y micro ondas).
Al publicar los descubrimientos del Dr. Swift, la revista estadounidense Glamour (octubre 1991) cita un estudio escocés y dos suecos que descubrieron que las mujeres de 40 a 50 años que se hacían mamografías de forma regular mostraban mayor incidencia de mortalidad por cáncer de mama, más alta que las mujeres a las que se les hacía sólo un examen físico, o bien una reducción no significativa en la mortalidad.
En "How to survive medical treatment" (Como sobrevivir al tratamiento médico"- Century, 1987), Stephen Fulder dice de cualquier tipo de exploración en masa: "Por cada tipo de enfermedad que se detecta pronto, se da el caso de una enfermedad que es tratada(inutilmente) cuando habría mejorado por sí misma, y un caso de una persona sana a la que se ha tratado o realizado una biopsia porque el test exploratorio dio un resultado equivocado".
Esta es precisamente la opinión de Johannes Schmidt, miembro de la Práctica para la Medicina de Familia y Epidemiología Clínica en Suiza. El 28 de marzo de 1992 escribió en The Lancet que los descubrimientos post-mortem muestran que muchos cánceres pequeños detectados por una mamografía hubiesen permanecido dormidos si no se hubiesen descubierto y alterado. Afirma que las exploraciones mamarias en masa tienen 10 veces más posibilidades de descubrir un cáncer clínicamente benigno que de prevenir una muerte por cáncer.
La detección de casos dormidos es especialmente significativa porque el tratamiento convencional (e innecesario) que invariablemente sigue, también puede ser devastador para el paciente: radioterapia, quimioterapia, tratamiento a largo plazo con fármacos u hormonas una de las mas conocidas: Tamoxifeno que tomado con leche de soya puede conducir a un cancer de utero, o al pulmon o al higado si sobrepasa los 3 años. Los riesgos son peores que los beneficios: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/meds/a682414-es.html. O con bicarbonato , que han demostrado provocar otros cánceres. No es una coincidencia que el Bristol Cancer Help Center (entre otros) haya construido su reputación desarrollando un programa para ayudar a que los pacientes a los que se les ha diagnosticado un cáncer sobrevivan al tratamiento.
Si bien la mamografía en masa en el Reino Unido está en sus comienzos, la experiencia de otros países indica que las mamografías tienen un alto índice de errores. En Canadá, durante los cuatro primeros años de un ensayo de ocho años, alrededor del 70 por ciento de los resultados de las pruebas eran inaceptables. Sólo en los dos últimos años del ensayo, más de la mitad de los tests alcanzaron un nivel de calidad aceptable (The Lancet, 13 julio 1991).
También nos llegan pruebas de Finlandia de que el nivel razonablemente alto de exactitud obtenido durante los ensayos de mamografías iniciales podría no repetirse en un programa nacional, en el que la sensibilidad a las mamografías podría ser un 25- 50 por ciento inferior (JAMA, 28-29 julio 1992).
Además de la inútil exposición a la radiación, esta exploración convertida en rutina podría hacer que las mujeres estuviesen menos alertas a las posibles señales de peligro y demoren el pedir consejo. Daniel Kopans del Hospital General de Massachusetts, que ha escrito una crítica del anteriormente mencionado estudio canadiense, afirma: "Las mujeres podrían desarrollar una falsa sensación de seguridad al obtener un resultado negativo en una mamografía para un cáncer de mama". (The Lancet, 17 agosto 1991)
"A las mujeres que se hacen una mamografía debería recordárseles que una exploración negativa no elimina la posibilidad de que exista un cáncer", afirma Kopans. "Deberían llamar la atención de su médico sobre cualquier cambio que se produzca en sus pechos, a pesar de una mamografía negativa reciente".
En otras palabras, las mamografías NO son una alternativa al conocimiento y la auto-exploración rutinaria de los pechos.
Este alto índice de errores podría ser una de las razones por las que las mamografías en masa para el cáncer de mama no han supuesto un gran cambio en los índices de supervivencia. Tal y como el suizo Johannes Schmidt señaló en su carta al Lancet: "No debemos pasar por alto el descubrimiento de que la mortalidad por cáncer de mama ha permanecido inalterada durante décadas, a pesar de los tremendos esfuerzos por mejorar la “detección precoz” y el "tratamiento local". En artículos publicados en The Lancet (24 octubre 1992), Kopans y otros confirman la opinión imperante de que el índice de mortalidad por cáncer de mama permanece igual.
Cuando está presente un cáncer maligno, la detección por medio de una mamografía, en lugar de utilizar una exploración física, puede ayudar a extender la enfermedad. Los estudios con animales han mostrado que si un tumor es manipulado(biopsia), la diseminación de las células tumorales a otras partes del cuerpo puede aumentar hasta un 80% (K Smatchlo et al, Ultrasound Med Biol, 1979 5: 45-49). En una carta a The Lancet (11 julio 1992), los doctores D. Watmough y K. Quan especulan que los niveles excesivos de fuerza ("tanta compresión como las mujeres puedan aguantar") aplicados en las mamografías durante un estudio anterior en Malmo, Suecia, podrían explicar los descubrimientos realizados por I Andersson et al (BMJ 1988; 297:943-48), según los cuales se da un 29% más de muertes en el grupo de las mamografías que en el de los controles en mujeres menores de 55 años en los siete primeros años de seguimiento...
Continúa....
por: FIONA BAWDON; Traducción: Viviana Diogo.
CANCER
Cómo, todos nuestros esfuerzos por hacer exámenes para el cáncer de mama a gran escala pueden causar la misma enfermedad que intentan detectar...!
Cada año se diagnostican unos 25.000 casos de cáncer de mama en Gran Bretaña, y 180.000 en los EE.UU. Trece mil mujeres británicas y cien mil norteamericanas morirán de esta enfermedad cada año. En 1990, el gobierno británico introdujo un programa nacional de exploraciones mamarias, en el cual se invitaba a las mujeres de edades comprendidas entre 50 y 64 años a realizarse una mamografía -una radiografía de rayos X de los pechos que, supuestamente, detecta anomalías cada tres años. Las mujeres mayores de 65 serán exploradas cuando ellas lo requieran. El programa de exploraciones tiene como objetivo detectar más cánceres y con mayor antelación de cara a mejorar la prognosis de la mujeres afectadas. Algunos médicos insisten en que las mujeres jóvenes también deberían tener el "derecho" de hacerse una exploración de forma rutinaria.
No obstante, cada vez existen más pruebas de que las mamografías (que, al igual que cualquier otra radiografía de rayos X, implica bombardear al paciente con radiación) pueden ser claramente perjudiciales e incluso provocar la enfermedad que intentan detectar. Un estudio canadiense, que todavía tiene que publicarse al completo, parece confirmar los descubrimientos de investigaciones previas (P Stomper y R.Gelman, Hematol Oncol Clin N Am 1989; 3: 611-40); sugiere claramente que una mujer tendrá más probabilidades de morir de cáncer si se hace mamografías que si no se las hace. El estudio canadiense, que utiliza el National Breast Cancer Screening Trial, está examinando el efecto de las mamografías en mujeres menores de 50 años. Los datos revelados hasta el momento indican que las mujeres cuyos cánceres fueron detectados a través de mamografías tienen una esperanza de vida inferior a las que sólo utilizaron la auto-exploración.
ESTE TIPO DE SOSPECHAS DISTAN DE SER NUEVAS.
Ya al principio de los años 80, el difunto Dr.Robert Mendelsohn, en "Male practice, how doctors manipulate women"("Malas prácticas médicas, como los Drs.manipulan a las mujeres")Contemporary Books, Chicago, 1982, escribió: "He estado avisando durante años de que la mamografía anual realizada a mujeres sin síntomas podría producir más cánceres de los que detecta". Mendelsohn citó al Dr. C. Bailar III, editor jefe del Journal of the National Cancer Institute, haciendo la misma observación en un informe de 1975. "Su conclusión fue respaldada por muchos estudios, que sugieren que las dosis acumuladas de rayos X con un exceso de 100 rads durante un período de 10 a 15 años pueden inducir cáncer de mama", afirmó Mendelsohn.
El Dr. Irwin Bross, del Roswell Park Memorial Institute en Buffalo, Nueva York, también advirtió en un subcomité del congreso en 1978 que un cuarto de millón de mujeres exploradas en el masivo programa de mamografías de la asociación NCI-ACS (National Cancer Institute - American Cancer Society) "en 15 ó 20 años serán víctimas de la peor epidemia yatrógena de cáncer de mama en la historia de la medicina"(Y se preguntan ¿porqué tanto cáncer...?).
La estructura genética de algunas mujeres les hacen particularmente susceptibles de desarrollar cáncer tras estar expuestas a radiaciones "tremendamente bajas", provenientes bien de mamografías o de rayos X, según el Dr. Michael Swift, jefe de genética médica de la Universidad de Carolina del Norte (New England Journal of Medicine, 27 diciembre 1991). Afirma que cerca de un 1 por ciento de mujeres podrían portar el gen ataxia-telangiectasia (A-T), lo que hace que tengan cinco o seis veces más posibilidades de desarrollar cáncer de mama y de ser inusualmente sensibles a la radiación ionizante de los rayos X.
El Dr. Swift estudió a 1.599 familiares cercanos de gente con esta rara enfermedad asociada al gen. Estima que en los EE.UU., de entre 5.000 a 10.000 de los 180.000 casos de cáncer de mama diagnosticados cada año se podrían prevenir si las portadoras del gen A-T fuesen protegidas de la exposición a la radiación(rayosX, mamografías, incluye tambien antenas y micro ondas).
Al publicar los descubrimientos del Dr. Swift, la revista estadounidense Glamour (octubre 1991) cita un estudio escocés y dos suecos que descubrieron que las mujeres de 40 a 50 años que se hacían mamografías de forma regular mostraban mayor incidencia de mortalidad por cáncer de mama, más alta que las mujeres a las que se les hacía sólo un examen físico, o bien una reducción no significativa en la mortalidad.
En "How to survive medical treatment" (Como sobrevivir al tratamiento médico"- Century, 1987), Stephen Fulder dice de cualquier tipo de exploración en masa: "Por cada tipo de enfermedad que se detecta pronto, se da el caso de una enfermedad que es tratada(inutilmente) cuando habría mejorado por sí misma, y un caso de una persona sana a la que se ha tratado o realizado una biopsia porque el test exploratorio dio un resultado equivocado".
Esta es precisamente la opinión de Johannes Schmidt, miembro de la Práctica para la Medicina de Familia y Epidemiología Clínica en Suiza. El 28 de marzo de 1992 escribió en The Lancet que los descubrimientos post-mortem muestran que muchos cánceres pequeños detectados por una mamografía hubiesen permanecido dormidos si no se hubiesen descubierto y alterado. Afirma que las exploraciones mamarias en masa tienen 10 veces más posibilidades de descubrir un cáncer clínicamente benigno que de prevenir una muerte por cáncer.
La detección de casos dormidos es especialmente significativa porque el tratamiento convencional (e innecesario) que invariablemente sigue, también puede ser devastador para el paciente: radioterapia, quimioterapia, tratamiento a largo plazo con fármacos u hormonas una de las mas conocidas: Tamoxifeno que tomado con leche de soya puede conducir a un cancer de utero, o al pulmon o al higado si sobrepasa los 3 años. Los riesgos son peores que los beneficios: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/meds/a682414-es.html. O con bicarbonato , que han demostrado provocar otros cánceres. No es una coincidencia que el Bristol Cancer Help Center (entre otros) haya construido su reputación desarrollando un programa para ayudar a que los pacientes a los que se les ha diagnosticado un cáncer sobrevivan al tratamiento.
Si bien la mamografía en masa en el Reino Unido está en sus comienzos, la experiencia de otros países indica que las mamografías tienen un alto índice de errores. En Canadá, durante los cuatro primeros años de un ensayo de ocho años, alrededor del 70 por ciento de los resultados de las pruebas eran inaceptables. Sólo en los dos últimos años del ensayo, más de la mitad de los tests alcanzaron un nivel de calidad aceptable (The Lancet, 13 julio 1991).
También nos llegan pruebas de Finlandia de que el nivel razonablemente alto de exactitud obtenido durante los ensayos de mamografías iniciales podría no repetirse en un programa nacional, en el que la sensibilidad a las mamografías podría ser un 25- 50 por ciento inferior (JAMA, 28-29 julio 1992).
Además de la inútil exposición a la radiación, esta exploración convertida en rutina podría hacer que las mujeres estuviesen menos alertas a las posibles señales de peligro y demoren el pedir consejo. Daniel Kopans del Hospital General de Massachusetts, que ha escrito una crítica del anteriormente mencionado estudio canadiense, afirma: "Las mujeres podrían desarrollar una falsa sensación de seguridad al obtener un resultado negativo en una mamografía para un cáncer de mama". (The Lancet, 17 agosto 1991)
"A las mujeres que se hacen una mamografía debería recordárseles que una exploración negativa no elimina la posibilidad de que exista un cáncer", afirma Kopans. "Deberían llamar la atención de su médico sobre cualquier cambio que se produzca en sus pechos, a pesar de una mamografía negativa reciente".
En otras palabras, las mamografías NO son una alternativa al conocimiento y la auto-exploración rutinaria de los pechos.
Este alto índice de errores podría ser una de las razones por las que las mamografías en masa para el cáncer de mama no han supuesto un gran cambio en los índices de supervivencia. Tal y como el suizo Johannes Schmidt señaló en su carta al Lancet: "No debemos pasar por alto el descubrimiento de que la mortalidad por cáncer de mama ha permanecido inalterada durante décadas, a pesar de los tremendos esfuerzos por mejorar la “detección precoz” y el "tratamiento local". En artículos publicados en The Lancet (24 octubre 1992), Kopans y otros confirman la opinión imperante de que el índice de mortalidad por cáncer de mama permanece igual.
Cuando está presente un cáncer maligno, la detección por medio de una mamografía, en lugar de utilizar una exploración física, puede ayudar a extender la enfermedad. Los estudios con animales han mostrado que si un tumor es manipulado(biopsia), la diseminación de las células tumorales a otras partes del cuerpo puede aumentar hasta un 80% (K Smatchlo et al, Ultrasound Med Biol, 1979 5: 45-49). En una carta a The Lancet (11 julio 1992), los doctores D. Watmough y K. Quan especulan que los niveles excesivos de fuerza ("tanta compresión como las mujeres puedan aguantar") aplicados en las mamografías durante un estudio anterior en Malmo, Suecia, podrían explicar los descubrimientos realizados por I Andersson et al (BMJ 1988; 297:943-48), según los cuales se da un 29% más de muertes en el grupo de las mamografías que en el de los controles en mujeres menores de 55 años en los siete primeros años de seguimiento...
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