http://www.axel.org.ar/articulos/vacunas/uriarte.htm
Vacunas,
¿para qué?
Entrevista
al Dr. Xavier Uriarte
Por Ricardo
Martínez
Una entrevista con un erudito de la yatrogenia vacunal puede aclarar mucho las cosas en torno a este tema. Brevemente, Xavier Uriarte nos indica los problemas de un sistema con muchas lagunas y falsos mitos.
En torno a la yatrogénesis, o los
problemas causados por el mismo sistema médico, uno de los aspectos que más llama
la atención es el del sistema vacunal. Háblenos de las desventajas de este
sistema...
Desde 1990 se viene
observando en el mundo desarrollado (Europa, EE.UU. y Japón) que la cuarta
causa de mortalidad es la generada por la utilización de fármacos indicados por
el médico, por el farmacéutico o por la misma automedicación.
La vacuna no es
ajena a esta realidad. Como fármaco biológico que es, en cuya composición
intervienen virus atenuados o toxoides o polisacáridos o un trozo del gen viral
(ADN), además de sustancias anestésicas, sales de aluminio, derivados
mercuriales y antibióticos, origina importantes respuestas no sólo en la
inmunidad, también en la sangre, en el corazón, en el sistema nervioso, en el
intestino, en el páncreas y en el riñón. El riesgo de padecer una complicación
severa postvacunal asciende a una persona por cada 25.000/50.000 vacunadas. Los
accidentes postvacunales más frecuentes son las lesiones neurológicas mayores
como la encefalitis, la epilepsia, la muerte súbita del lactante, el síndrome
de West, el autismo, la parálisis, la esclerosis en placas y la demencia de
Alzheimer. En segundo lugar, las reacciones alérgicas, como son el asma, la
intolerancia al gluten y a la lactosa, la urticaria. En tercer lugar, las
reacciones autoinmunes, como las lesiones renales, la diabetes y la
plaquetopenia. En cuarto lugar, los tumores, sobre todo linfomas.
Coméntenos brevemente
algunos casos escandalosos de problemas de salud pública que han tenido que ver
con la aplicación de sistemas vacunales masivos...
1930. La vacunación de la
tuberculosis en una escuela de la población alemana de Lubeck desencadena la
muerte de 70 niños. Se retira la vacunación. 1955-57. La vacunación masiva de
la polio en EE.UU. y Alemania incrementa la polio. Se decide suspender la
campaña durante un lustro. 1960. Se descubre una grave contaminación de la
vacuna de la polio por virus SV40. Se modifica el sistema de fabricación. 1964.
Tras la vacunación masiva de la polio en Madrid, ingresan 160 niños/as
afectados de polio postvacunal en el Hospital del Niño. 1976. La vacunación
masiva de la gripe en EE.UU. origina 496 personas afectadas de parálisis. Se
retira la campaña de la gripe. 1990. Tras la vacunación masiva de la triple
vírica en España se produce un incremento de la meningitis. Se retira una
partida de vacunas. 1993. Tras la vacunación masiva de DTP en España se observa
en un período de tiempo la presencia de la muerte súbita del lactante. 1997.
Tras la campaña de vacunación de la meningitis A+C se observó que en el grupo
vacunado el riesgo de meningitis era 4,4 veces superior al de la población no
vacunada. Sin embargo, la vacuna no se retiró.
¿Por qué los gobiernos y
las instituciones internacionales apuestan tan ciegamente por los sistemas
vacunales cuando hay tan notorias evidencias de las lagunas y los problemas de
salud que provoca? Cada niño que nace... es un cliente seguro, ¿no? Es eso,
¿verdad?
El mercado es muy
agresivo. En la época de la medicina tradicional (que no convencional) el
negocio de la salud estaba en las manos de la economía doméstica. Nos
cultivábamos las plantas, nos preparaban los remedios las personas sabias de la
comunidad... En la época moderna, a partir de 1860 comienza la gran industria
farmacéutica que inicia, progresivamente, una invasión medicamentosa a través
de las pastillas analgésicas, antiinflamatorias y sedantes. Este es el inicio
del negocio de la salud. Después de la IIª Guerra Mundial, con la utilización
del antibiótico, el fenómeno se convierte en multinacional y se descubren los
fármacos de utilización masiva con el cuento de la finalidad preventiva, como
es el caso de las vacunas. Para ello, las industrias crean unos sistemas de
información a base de periodistas, investigadores y catedráticos, que tratarán
de crear en la opinión pública y política una corriente favorable y al mismo
tiempo callar cualquier complicación o accidente postvacunal. Todo este
negocio, sin embargo, se basa en el miedo que tenemos a la enfermedad y a la
muerte, como es el caso de la meningitis y de la polio. Y, cómo no, en el
propio sistema sanitario tal y como está montado. A través de la aparente
gratuidad de la prestación farmacológica, la dispensación se convierte en un
acto facilísimo e ideal para la farmacia y la industria.
Si muchas de las vacunas son
nocivas o, al menos, pueden serlo, ¿cuál es la mejor forma de defendernos
contra enfermedades como la viruela, la poliomelitis y otras enfermedades
infecciosas?
Las enfermedades
infecciosas representan una de las maneras posibles de enfermar y de morir.
Otras son los accidentes y traumatismos, los envenenamientos, las alergias, las
inflamaciones y, por último, los tumores. Siempre es posible enfermar por
infección. Sin embargo, nuestro organismo tiene un sistema de protección, el
inmunitario, que, tras el aprendizaje dado por nuestra madre y nuestro medio,
está dotado para responder a los acontecimientos necesarios. Casi siempre, ante
el contacto con una persona, animal o vegetal infectados, nuestro cuerpo
reacciona con una adecuada respuesta inmunitaria a la que denominamos
vacunación natural. Esto acontece cuando las condiciones del agua, del aire,
del hábitat, del suelo, de las emociones y de los alimentos cumplen los mínimos
exigibles para vivir. Si no, las enfermedades infecciosas se vuelven imparables.
¿Por qué cuesta tanto que
la opinión pública perciba las mentiras y los fraudes que hay ocultos tras el
sistema vacunal? ¿Por qué las personas confían tan "generosamente" en
la aplicación de sistemas médicos agresivos y no completamente satisfactorios o
inocuos con sus propios bebés?
Como respuesta al
sufrimiento humano hemos creado a través de la Historia el mito edénico de la
felicidad. En nuestra sociedad actual es el sistema sanitario el que garantiza
el mantenimiento de este mito y, con él, todos los profesionales que trabajamos
en este sistema. Cuando tenemos un resfriado, cuando padecemos, cuando no
dormimos, pocas veces dejamos de utilizar el sistema convencional o no
convencional. Nos han educado para ver únicamente la bondad del sistema. Sin embargo,
cuando comenzamos a rascar encontramos cosas que son muy sucias. Los sueldos y
la necesidad de vivir del enfermo, los productos (aunque sean legales e
ineficaces), los intereses, los silencios, las responsabilidades y las
mentiras. Por lo tanto, para que todo continúe igual, se ha de mentir, acallar
y desviar.
Más información:
Liga Para la Libertad de Vacunación
Apartado de correos 100, 17080 Girona
Apartado de correos 73, 28280 El Escorial, Madrid. info@vacunacionlibre.org
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